Una política industrial progresista para España
Universidad de Verano de Podemos. Cádiz, 2017
A principios del mes de Julio el Instituto 25M lanza su segunda universidad de verano en Cádiz. La Rosa Luxemburg Stiftung – Oficina de Bruselas tiene un largo camino recorrido en el análisis y generación de propuestas sobre políticas industriales que respeten los derechos ambientales, sociales y económicos de la ciudadanía. En este contexto la fundación es invitada a participar en una mesa redonda junto con Xabier Benito (Diputado europeo – Podemos), Yolanda Díaz (Diputada – Unid@s Podemos/En Marea) y Pablo Cotarelo (consultor). El título de la mesa es «Reindustrialización al sur (del sur) de Europa».
En este contexto destacamos la necesidad de pensar y actuar en favor de una transformación real de nuestro sistema socioeconómico. Uno de los mayores retos en este sentido es implementar una política industrial progresista que ofrezca trabajos, que nos de los medios de reestructurar nuestra economía y que fortalezca la soberanía de los países periféricos en un vis – a vis con los países capitalistas del centro.
El estado español necesita invertir en su economía. Los datos muestran unos niveles de inversión muy diversos en los países europeos en la última década. Mientras que la zona euro perdió un 11% de su inversión pública desde 2008 a 2015, Alemania ganó un 24%. Francia perdió el 4% llegando al 23% en el caso de Italia. Pero ¿cómo se comparan estos números con el decrecimiento del 48% en España? Es una verdadera desindustrialización. Parece que es el efecto de una guerra, pero es «solo» el resultado de las políticas de austeridad.
¿Por qué está la política industrial en el centro de un proyecto transformador?
Primero: necesitamos más inversión pública y sobre todo decisiones de inversión. Necesitamos revertir las privatizaciones y más acción pública en la UE así como a los niveles nacional y local para aportar las competencias, acceso al capital, puestos de trabajo y bienes públicos.
Segundo: necesitamos adaptar las estructuras económicas de Europa a los nuevos retos como actividades sostenibles ambientalmente, intensivas en conocimiento y especializadas con altos salarios.
Los tres grandes sectores para invertir (según Pianta et al.):
a) protección del medio ambiente y energías
b) Producción de conocimiento, aplicaciones tecnológicas de información y comunicación y actividades basadas en la web.
c) sanidad, bienestar y cuidados.
Pero ¿podemos perseguir una política industrial progresista en la UE? Sí y no. Si porque hay espacio para hacer políticas y no porque la UE obviamente no está a favor de dar espacio a las políticas progresistas en general. Aun así hay espacios que debemos usar ahora mismo.
Hay todo un conjunto de programas de la UE que se pueden usar para desarrollar la economía real española. Estos programas van desde el Europe2020, los Fondos Estructurales y de Cohesión, la Flagship initiative «Política industrial integrada para la era de la globalización» y «Smart specialisations», e instituciones como el Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo para la Inversión Estratégica (el Fondo Juncker).
Podemos ha desarrollado un famoso ejemplo de una política industrial progresista concreta que tendría un impacto inmediato en el paro, el medio ambiente y el presupuesto público. Se llama «Plan nacional para la transición energética». Los tres beneficios principales serían una reducción de emisiones de CO2 (desde 6.5 toneladas per cápita a 2.6 en 2035). La eliminación de las importaciones de petróleo y la dependencia exterior (a pesar de la intensa reducción de los precios del crudo el déficit exterior en 2015 se explicaba totalmente por el comercio de petróleo del 2.3% del PIB, con unos efectos estimados en el Plan Nacional de un -2.2% del PIB de media durante los 20 años). Por último, la creación de 300.000 puestos de trabajo como consecuencia de las nuevas inversiones.
Lo que es importante es que no se les permite a los estados miembro de la UE hacer políticas activas industriales reales en la UE – aunque casi nadie habla de esto. Ya sea porque los neoliberales no quieren ver lo que puede llegar a ser una política democrática o porque los que se posicionan en contra de la UE no quieren ver la posibilidad de políticas públicas que legitimarían a la UE. El resultado es el mismo: casi nadie conoce estas posibilidades.
Según el Tribunal de Justicia Europeo los estados no necesitan hacer procesos de adjudicación sino tener «producción doméstica» con las empresas públicas siempre que estas sean 100% estatales (ECJ Stadt Halle, 11.1.2005 n.C. 26/03).
Además ¿Quién sabe que los bancos de desarrollo nacionales como Casa Depositi e Prestiti en Italia o el KfW alemán están fuera del criterio de Maastricht? Estos bancos que son públicos y están fuera de las reglas de gasto inconcebibles. Con un banco similar en España se podría financiar a las PYMEs, mejorar si crecimiento e internacionalización, apoyar las exportaciones y fortalecer sectores estratégicos con la participación directa de agentes nacionales. Además los bancos nacionales de desarrollo pueden hacerse con posiciones en las directivas de empresas privadas e implementar políticas industriales ya que serían parte de la estructura de gobernanza de esas empresas.
Estrategia y retos tácticos de los movimientos y partidos españoles:
- El enemigo estratégico del 99% es el gobierno – la no inversión es un proyecto político, no es el destino.
- La ruptura estratégica entre la legalidad de la UE y la nacional donde se interfiere a propósito en el desarrollo humano.
- ¿Está vigente un modelo de clase fordista hoy? No es una pregunta teórica sino que este tipo de compromiso de clase fue la fundamentación historia de las políticas industriales en el pasado. ¿Qué hacer si no tienes una clase capitalista nacional verdadera pero solamente rentista? ¿Pueden los agentes de la economía social sustituirles?