¿Qué es la Economía Feminista?
Hablar de economía feminista no es simplemente ponerle un apellido a algo tan ortodoxo como los estudios económicos; hablar de economía feminista es corregir los análisis tradicionales e incluir en ellos todas aquellas actividades invisibles que sin embargo son imprescindibles para que la vida exista y la sociedad funcione. Actividades que, tradicionalmente, han sido atendidas por manos de mujer. La economía feminista no sólo observa, sino que propone acción política en torno a esta idea.
En esta serie de videos veremos diferentes aspectos de la economía feminista que proponemos a partir de decenas de conversaciones entre Abya Yala (Latinoamérica) y el estado español, y que se divide en 5 capítulos.
Capítulo 1. Economía feminista ¿qué es?
La economía feminista se fija en todos los procesos que forman parte de las redes de reproducción de la vida. Prioriza el bienestar de las personas y no la acumulación de capital. La economía feminista tiene como eje vertebrador los cuidados y como objetivo final el buen vivir. La economía feminista se pregunta por qué los trabajos más importantes, los esenciales para la vida, no son tomados en consideración por las teorías económicas tradicionales.
Capítulo 2. La sostenibilidad de la vida
El sistema capitalista pone en el centro el mercado, mientras que la apuesta de la economía feminista es poner en el centro los cuidados, en tanto que imprescindibles para la vida, y defenderlos como un derecho colectivo.
Capitulo 3. El conflicto capital-vida
El conflicto capital-vida es el conflicto entre los procesos de acumulación de capital y los procesos de sostenimiento de la vida colectiva. La economía feminista denuncia el sistema capitalista por ser además un sistema heteropatriarcal y racista que solamente protege a los mercados a costa de vidas humanas y del medio ambiente.
Capitulo 4. La relación cuerpo-tiempo-territorio
Cuerpo: El sistema capitalista no funciona por arte de magia, sino gracias al trabajo invisible de muchas mujeres. Vivimos en un sistema de explotación que concibe el trabajo como fuente de riqueza y acumulación.
Tiempo: El sistema impone un ritmo imperialista de nuestro tiempo, en el que nuestras vidas giran en torno al empleo y al consumo. Los cuidados no son prioritarios y nos toca ejercerlos a contrarreloj. La globalización trajo consigo internet y otras formas de innovación tecnológica que han comprimido el espacio-tiempo, permitiendo la concentración y sobrecarga de tareas.
Territorio: El capital nos despoja de nuestros territorios. Los fragmenta e impone fronteras para que estemos cada vez más separadas. Menos organizadas. Ser “dueñas” del territorio nos permite organizarnos para cuidar de lo común.
Capitulo 5. Hogares y comunidad
El sistema capitalista no garantiza ni se hace responsable de la sostenibilidad de la vida, y rompe los lazos comunitarios y colectivos. Vuelca esa responsabilidad dentro de los hogares, convirtiéndola en algo individual y aislado.