9J: Izquierda Unida se queda por primera vez fuera del Parlamento Europeo y Yolanda Díaz dimite de sus cargos en Sumar
- Las izquierdas transformadoras pierden un escaño
- El Partido Popular gana las elecciones por la mínima y la extrema derecha, dividida en dos candidaturas, logra 9 escaños
- El Estado español aportará 4 escaños a The Left y 4 a los verdes
- El discurso contra el genocidio en Palestina, uno de los ejes de la campaña de las izquierdas
Los resultados electorales en el Estado español le dan una victoria por la mínima al Partido Popular, que supera al Partido Socialista en dos escaños. La victoria clara es para el bipartidismo, que obtiene el 64,37% de los votos. La ultraderechista VOX, logra el 9,62%, cerca de sus homólogos en Portugal, CHEGA, que han obtenido un 9,79%. Todavía lejos del 15,60% de Alternative für Deutschland, del 28,59% de Fratelli d´Italia o del 31,36% de Rassemblement National en Francia.
En total, la derecha y la ultraderecha españolas han logrado el 48,38% de los apoyos.
A partir de ahí, ninguna candidatura logró superar el 5% que se les habría requerido en unas elecciones generales. Los resultados no son extrapolables, entre otras muchas cosas porque estas son las únicas elecciones en España en la que la circunscripción es única, pero son sintomáticos. La izquierda transformadora no pasa por su mejor momento. Con respecto a 2019, Sumar y Podemos han perdido 880.000 votos.
Desde que Podemos y Sumar rompieran definitivamente en diciembre, parece haber un duelo a muerte por el espacio. En esa sensación de que sólo puede quedar uno, se han llegado a dar ataques bastante directos entre ambos partidos. Podemos lo ha hecho durante meses a través de los medios de comunicación alternativos que controla el partido. Sumar ha cometido el error de hacerlo en campaña.
La lectura de los resultados de las 3 convocatorias autonómicas que se han celebrado en 2024 parecían augurar la pronta desaparición de Podemos. Este 9J, sin embargo, ha servido al partido morado para coger fuerza. Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera del Gobierno, Ministra de Trabajo y hasta ahora líder de Sumar, dimitió tras asumir la responsabilidad de lo que considera unos malos resultados. “La ciudadanía ha hablado y toca hacerse cargo”. La internacional del odio ha dado un paso al frente, dijo. Destacó los ejemplos de Italia, Francia y Alemania como máximas expresiones de ese avance, y recordó que se trata de un problema global, como muestran los ejemplos de Argentina, Israel y lo que parece el futuro de EEUU. Estamos, dijo poco antes de dimitir, “ante un desafío mundial de carácter histórico ante el que no vale ponerse a la defensiva ni salir a empatar”. En su opinión, la fórmula para frenar a las extremas derechas es la buena gobernanza, y concluyó asegurando que a ella dedicará sus esfuerzos. “Si cumplimos, las fuerzas del odio se quedarán sin rumbo”.
Con un 4,65% de los votos, Sumar ha logrado sacar un escaño más que Podemos (3,27%) y ha empatado en asientos con la ultraderechista de Se Acabó la Fiesta. Una candidatura de última hora, encabezada por Alvise Pérez, ex asesor de ciudadanos y agitador de la alt-right. Es el protagonista de un programa de youtube que nació con la pandemia para tildar las medidas del Gobierno de dictatoriales y esparcir teorías negacionistas. Un candidato que ha acosado directamente a Irene Montero, por ejemplo, y que se jacta de ser policía, juez y verdugo para identificar y exponer públicamente a violadores y pederastas. Alvise ha sido condenado a indemnizar a sus víctimas en varias ocasiones. Ahora ha logrado un 4,58% de los votos a base de soflamas, con los que consigue aforamiento judicial para entorpecer sus causas penales pendientes.
Sumar también ha quedado por detrás de la coalición Ahora Repúblicas, que aglutina a los partidos de izquierda soberanista de Catalunya, País Vasco, Galicia y Baleares, y que ha obtenido el 4,93% de los votos.
Palestina, en el centro de la campaña
La campaña electoral a las elecciones europeas ha tenido más de defensa de valores que de propuestas concretas, y sin duda ha estado marcada por la situación de Palestina. Las candidaturas de Podemos, Sumar, las izquierdas soberanistas aglutinadas en la candidatura de Ahora Repúblicas y hasta el PSOE han exigido, en mayor o menor medida y de distintas formas, el fin del genocidio en Gaza.
No es casual. Según el Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE) de 2024 referidas al conflicto palestino-israelí, publicado a mediados del pasado mes de mayo, el 60% de la población española considera que la solución al largo conflicto entre Israel y Palestina pasa por la existencia de dos Estados separados y el 78% es favorable al rápido reconocimiento del Estado de Palestina. El 44% opina que la responsabilidad del conflicto es de Israel, frente a un 8% que considera que es de Palestina. El 76% de las personas que responsabilizan a Israel se ubican en el arco ideológico de la izquierda.
Sumar apeló a las ideas de unión y de contrapeso al PSOE
Sumar ha elegido, en un momento que consideraban de desafección política, a una persona externa para liderar una candidatura que entienden que cuenta con “la fuerza y la coralidad de distintos partidos”. La cabeza de lista, apenas conocida antes de la campaña electoral, era la directora general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Las kufiyas y los lemas de apoyo al pueblo palestino han estado presentes también en todos los actos de campaña de Estrella Galán y de Yolanda Díaz. Manu Pineda, miembro de Izquierda Unida y número 4 de la candidatura era, además de ex eurodiputado, un conocido militante propalestino. Las peores encuestas para Sumar se han cumplido, sin embargo, y Pineda se ha quedado fuera del europarlamento. Es la primera vez, desde que España es miembro de la UE, que Izquierda Unida no tiene representación en Bruselas. La negociación de las listas fue muy dura. En IU se llegó a plantear la posibilidad de ir por separado a esta convocatoria. Finalmente, el partido consideró más responsable mantener la unidad en la candidatura pero cabe pensar que los resultados traerán consecuencias.
Con el lema Marca el Rumbo, Sumar se han reivindicado en esta campaña como la fuerza necesaria para hacer que la Unión Europea haga suya la defensa de los Derechos Humanos y de la paz y se aleje de las políticas de austeridad. Por otro lado, más en clave estatal, Sumar ha hecho gala de dos ideas que no son nuevas: la idea de la unidad – Juntas sumamos más ha sido una de las ideas fuerza de la campaña- y la de contrapeso al PSOE. Ambas recuerdan demasiado a discursos de la desaparecida coalición Unidas Podemos y puede que hayan resultado contraproducentes al poner de manifiesto, precisamente, la ausencia en esta coalición del partido más beligerante con un PSOE que suele ser más progresista en lo que dice que en lo que hace.
Podemos: Del “es lo que hay” al “sí se puede”.
La campaña de Podemos, muy ligada a la figura de Irene Montero –en estas elecciones es el partido con la candidata más conocida- ha tenido dos mensajes fundamentales: la reivindicación de la capacidad transformadora de la izquierda y necesidad de la construcción de paz.
El hecho de que fuera la exministra de Igualdad quien encabezara la lista, da muestra de la apuesta del partido por estos comicios, en un momento en el que confluyen la crisis del partido y la crisis internacional. Montero llevaba meses haciendo campaña con el público más joven participando en diversos podcasts defendiendo su labor en el Ministerio de Igualdad e insistiendo en el coste personal de su participación en política. En redes sociales, su contraposición a la expresión es lo que hay, utilizada popularmente para manifestar resignación, fue el leitmotiv de su precampaña. Finalmente, ha logrado presentarse a estas elecciones con una imagen de fortaleza que no se correspondía con los malos resultados de su partido en las últimas convocatorias electorales.
En la recta final, durante el debate electoral, al que asistió con una kufiya sobre el hombro, aseveró que “es el momento de comprometerse políticamente por el fin del genocidio, por la paz, y para cambiar un mundo que es profundamente cruel, injusto y que no funciona”. Montero apeló a la memoria, y quiso recordar que los derechos que hoy disfrutamos son fruto de las luchas de las generaciones que nos preceden. La candidata morada traía así al discurso su idea fuerza de campaña: el inconformismo político y la potencia transformadora de las izquierdas, a pesar de que sea “difícil cambiar las cosas”.
Podemos ha enfocado una campaña con una especial presencia en Catalunya, haciendo malabares para encuadrar su discurso en un marco que le es aparentemente ajeno, pero que ha tenido un resultado, novedoso, al superar su candidatura a la dels Comuns, encabezada por Jaume Asens para Sumar.
El PSOE se presenta como muro contra la extrema derecha
En la última fase de la campaña han llegado dos anuncios importantes del Gobierno de España. El primero, el reconocimiento oficial del Estado Palestino con las fronteras de 1967. El segundo, el anuncio del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de que España se sumaría al proceso abierto en el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) por la acusación de genocidio contra Israel iniciada por Sudáfrica. Así lo anunció, aunque en realidad se suma al procedimiento para asistir a la Corte de La Haya, no a la demanda por genocidio contra Israel. No ha interrumpido, tampoco, el comercio de armas.
El PSOE se presenta como la alternativa real contra la extrema derecha, y le ha salido bien, puesto que le ha recortado a los conservadores 8 puntos de ventaja con respecto a las primeras encuestas. La elección como cabeza de lista de Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica encaja con el mensaje de Pedro Sánchez en defensa de una Europa verde y contra el negacionismo de los ultras en materia climática. Por otro lado, frente al enfoque plebiscitario que hizo el Partido Popular de esta convocatoria, el PSOE ha apostado por una campaña que apela al espíritu de la izquierda. Se han apropiado del término “zurdos” que ultraderechistas como el presidente argentino Javier Milei utilizan como insulto de manera recurrente; han insistido en la idea de ser víctimas de las noticias falsas y el law-fare –la mujer del presidente ha sido citada a declarar pocos días antes de las elecciones, en lo que se considera una anomalía procedimental, por interferir en la campaña- y han interpelado a sus bases con la épica de la remontada.
Reparto de escaños
De los 720 parlamentarios que la ciudadanía de la Unión Europea ha elegido estos días, 61 corresponden al Estado español. Son dos más que en 2019, que se le han asignado tras el crecimiento de Parlamento Europeo: en esta legislatura habrá 15 eurodiputados más que en la pasada. De esos 61, cuatro se incorporarán al Grupo Parlamentario Europeo de The Left: Estrella Galán por Sumar; Irene Montero e Isa Serra, por Podemos; y Pernando Barrena, por Euskal Herria Bildu (Ahora Repúblicas). De momento y salvo sorpresas de última hora parece claro que The Left ha logrado obtener los 23 eurodiputados necesarios para formar Grupo Parlamentario en Bruselas.
A los verdes irán los números 2 y 3 de Sumar, miembros de Compromis y Catalunya en Común, respectivamente; y los números 1 y 3 de Ahora Repúblicas, de Esquerra Republicana de Catalunya y el Bloque Nacionalista Galego.
La participación electoral el 9 de junio en España ha sido del 49,22%. Un dato muy bajo si lo comparamos con las europeas de 2019, en las que participó el 60,70% de la ciudadanía llamada al voto. Sin embargo, parece más lógico comparar el dato del 9J con el de la convocatoria de 2014, puesto que en 2019 las europeas coincidieron con las elecciones municipales y, en 12 de las 17 regiones del Estado, también con las autonómicas. En la convocatoria anterior, en 2014, en la que las urnas sólo decidían la representación europea, la participación fue del 43,81%. La participación, por tanto, habría aumentado en más de 5 puntos.